viernes, 8 de octubre de 2010
Comedor escolar
sábado, 2 de octubre de 2010
El inexorable paso del tiempo
Lectura comprensiva
Dante Omar Caro (9no año)
Enzo Hernán Paz (9no año)
El objetivo central del proyecto es el de fomentar en el aula la lectura comprensiva, la oralidad y la escritura, como aporte para la formación de alumnos lectores, hablantes y escritores que usen adecuadamente la lengua, según las circunstancias y contextos comunicativos.
Proyecto de lectura
César Damián Castillo y Matías Alexis Pérez (8vo año)
Adriana Soledad Pérez (8vo año)
Zulema Alvarenga (8vo año)
Jéssica Araceli Pérez (8vo año)
"A través de la lectura los sujetos se encuentran mejor equipados para resistir a cantidad de procesos de marginación. ..." (Michele Petit, antropóloga francesa).
Título de Propiedad
Conforme al Plano de Mensura N° 5-54-73, se dio origen a la Parcela 7, que tiene 5 hectáreas.
Maestra de campo
de Luis Landriscina
Por la pereza del tiempo
el otoño estaba tibio,
ya que en el Chaco, el verano
es como dueño del sitio.
Y a veces demora en irse
sin importarle el destino.
Por eso es que aquella tarde
cuando bajó en la estación
del lerdo tren en que vino
su cuerpito era una brasa
por nuestro clima encendido.
Y se quedó en el andén
como asustada y con frío
por ser mucha juventud
pa´terreno tan arisco.
A más mujer, buenamoza
y en pago desconocido.
Y allí se quedó parada
en vago mirar perdido por,
por querer disimular
su temor a estar tan sola
y sin saber el camino.
Pero al momento nomás,
las toscas manos de un gringo,
callosas de tanto arar
y de pelearlo al destino
se acercaron bondadosas
y con ternura de niño
le dieron la bienvenida
en nombre de la escuelita
que hace mucho la esperaba
triste en el medio del monte
pa que alegrara a sus hijos.
Subieron al viejo carro
de aquel colono sufrido, y
y comenzaron a andar
entre una nube del polvo
por el reseco camino.
Cuando llegaron al rancho
la noche ya había encendido
sus farolitos del cielo
y el canto triste del grillo,
y fue por eso tal vez
que entre las cuatro paredes
de aquel su humilde cuartito
una angustiosa tristeza
entraba a clavar cuchillos
como queriendo matar
esa noble vocación
que en su pecho había nacido.
Pero llegó la mañana
y el sol con todo su brillo
desdibujó las tinieblas
que habían querido torcer
las huellas de su destino.
Y aunque llorando por dentro
masticando soledad
en aquel lejano sitio
puso firmeza en el paso
y fue a buscar el amor
de aquel puñado de niños
que hace mucho la esperaba
en la escuelita de campo
clavada en pampa del indio.
Y desde entonces su vida
se hizo horcón de guayacán
se hizo paredes de adobe
se hizo terrón para el quincho
y armó con todos sus años
aquel rancho para el alma
con un letrero invisible
que decía en letras de amor
"Aquí hay saber y cariño".
Y fueron 30 los años
y fueron muchos los niños
que luego se hicieron hombres
y mandaron a sus hijos.
Ella, ella no pudo tenerlos
porque la flor de su vida
se marchitó entre los montes
y nunca llegó el amor
a golpear en la ventana
de su rancho de cariño.
La escuela, la escuela
le había pedido
hasta ese sacrificio
que se quedase soltera
porque precisaba intacto
todo el amor que tuviera
para entregarlo a los chicos.
Y en eso, en eso de darlo todo,
un tibio día recibió
en una nota oficial
algo que la estremeció:
después de mucho esperar
el concejo le anunciaba
que había sido jubilada
en premio por su labor.
¿Era premio o era castigo?
Mil veces se preguntó.
No se vaya señorita,
quédese a vivir aquí,
si nosotros la queremos
por qué se tiene que ir.
Esas voces y unas manos
que se agitaban sin ruido
fueron únicos testigos
de aquella amarga partida.
Ella entraba en el olvido
allí dejaba sus años
allí dejaba su vida.
La polvareda del sulky
y manitos color tierra
fueron su único homenaje
en aquella despedida.
¡Adiós señorita Rosa!
¡Adiós maestra de campo!
En usted a todos les canto
los maestros de mi tierra
no sé si mi estrofa encierra
y expresa lo que yo siento,
pero tan solo pretendo
oponer a tanto olvido
mi simple agradecimiento,
ya que la Patria les debe
el más grande y merecido
de todos los monumentos.
Fuente: http://folkloreargentino.blogspot.com/2006/04/los-maestros-rurales.html
A los maestros rurales
Mi abrazo con chacarera
con los maestros rurales
los que andan con sus verdades
catequizando fronteras
maestros de campo afuera
pilar de grandes ciudades
Mi canto se va en ternura
por la maestra primera
paciencia de misionera
del tiempo de la dulzura
quisiera a su almita pura
volcar mi savia coplera
Al norte de mis anhelos
le puso el hombro la escuela
allí encontré la alfarera
que me ha moldeado el camino
maestra fue mi destino
viruta de tu madera
Al pie de tu apostolado
maestro de mi Argentina
que vas dejando la vida
al filo de las fronteras
te dejo esta chacarera
sincera y agradecida
La lluvia de los inviernos
no puede con su pujanza
banderas de la enseñanza
son los maestros rurales
que sacan de los barriales
las flores de la esperanza
Me acuerdo de mi maestra
con su guardapolvo blanco
andando entre tantos changos
como si fuera una diosa
con manos de mariposa
que nos andaban cuidando
Mandinga se prende fuego
contra el dolor de las piedras
se resquebraja la tierra
el sol se rompe en pedazos
y la maestra a caballo
le va cuerpeando en la sierra
Al pie de tu apostolado
maestro de mi Argentina
que vas dejando la vida
al filo de las fronteras
te dejo esta chacarera
sincera y agradecida
Fuente: http://folkloreargentino.blogspot.com/2006/04/los-maestros-rurales.html